Enviando Reiki al pasado, no intentamos ni borrarlo ni olvidarlo.
Se trabaja sobre una situación en particular que a la persona le generó una herida que hoy no la deja avanzar.
La finalidad es “trabajar” sobre la carga emocional de los acontecimientos pasados que es la que nos está haciendo daño en nuestro presente.
Cuando el sufrimiento con relación a estas experiencias se acaba, estamos en condición de aceptarlas más fácilmente y tal vez, de comprender qué se puede hacer (o no hacer) para que no se vuelva a repetir el mismo tipo de experiencia.
De esta manera, nuestro pasado no sólo deja de perturbarnos, sino que se convierte en una fuente de enseñanza.
Enviando Reiki al pasado, no intentamos ni borrarlo ni olvidarlo.
Se trabaja sobre una situación en particular que a la persona le generó una herida que hoy no la deja avanzar.
La finalidad es “trabajar” sobre la carga emocional de los acontecimientos pasados que es la que nos está haciendo daño en nuestro presente.
Cuando el sufrimiento con relación a estas experiencias se acaba, estamos en condición de aceptarlas más fácilmente y tal vez, de comprender qué se puede hacer (o no hacer) para que no se vuelva a repetir el mismo tipo de experiencia.
De esta manera, nuestro pasado no sólo deja de perturbarnos, sino que se convierte en una fuente de enseñanza.
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